domingo, enero 28, 2007

Parálisis del sueño

Parálisis del Sueño: La agobiante sensación de que no puedes despertar
Guardado en Curiosidades, Ciencia por Javi Moya el 23 de Enero de 2007
Esta experiencia me ha ocurrido alguna vez, y seguro que a ustedes también (o algo parecido): Me despierto por la mañana y, tras unos instantes iniciales de “aparente normalidad”, rápidamente me percato de que no puedo mover ni un sólo músculo. Sigo como dentro de un sueño… pero a la vez estoy despierto. Oigo perfectamente a mis padres moverse por la casa, noto claramente su presencia a mi alrededor, e intento hablar… gritar para avisarles de que me ayuden… pero no sale sonido alguno de mi garganta. Me cuesta respirar. El pánico se apodera de mí… trato de tranquilizarme, pero es en vano. Mi corazón late a mil por hora. Pienso entonces que sería buena idea hacer movimientos bruscos para que me vean… lo intento con todas mis fuerzas pero no consigo más que agitar ligeramente los dedos. Cuando al fin logro despertar lo recuerdo todo perfectamente… no como un sueño, sino como algo que ha sucedido de verdad… pero, ¿que es esto? ¿que ha ocurrido realmente?
La parálisis del sueño (que es como se llama este fenómeno) es algo completamente normal y se produce cada vez que uno duerme. Es el mecanismo natural de defensa del organismo (mediante la segregación de una sustancia por el cerebro) para evitar el “escenificar físicamente los sueños”, lo cual podría resultar dañino y peligroso para el individuo dormido. Pero a veces hay un pequeño “fallo”… y esta sustancia se emite cuando estamos en el periodo de transición entre el sueño y la vigilia, ocurriendo entonces que el cuerpo continua estando dormido, pero la mente ya se ha despertado (en ente sentido es lo contrario al sonambulismo). Puede ocurrirnos tanto al acostarnos -hipnagógicos- como al despertarnos -hipnopómpicos- y esto ocasiona que el individuo mezcle sensaciones reales del entorno que le rodea con cualquier tipo de alucinación y fantasía producida por un sueño. En definitiva el sujeto se siente incapaz de realizar cualquier movimiento o de hablar, pero está plenamente consciente de su situación y de lo que ocurre a su alrededor, ya que puede oír, oler o percibir sensaciones táctiles, incluso ver si tiene los ojos abiertos.
Las alucinaciones durante los episodios de parálisis de sueño dependen mucho de las creencias y experiencias de cada uno. Así se presentan a menudo sensaciones de flotación. Hay quienes experimentan (como yo en el caso que explico al principio) una presencia en la habitación, cerca de la cama, o incluso en ésta. A veces esta presencia parece incluso diabólica y se interpretan como ataques de espíritus. Sucede que el durmiente se siente atacado, por estrangulación o sofocación. Esto es así porque una de las sensaciones es la de notar un peso encima (por eso a este fenómeno se le conoce en México como “la subida del muerto”). También la Parálisis del Sueño junto a las poluciones nocturnas es la explicación de las leyendas de íncubos y súcubos cuando la fantasía incluye ataques sexuales.
Muchos especialistas piensan además que fenómenos como los viajes astrales o las abducciones extraterrestres pueden tratarse en realidad de sensaciones provocadas durante la parálisis del sueño y las alucinaciones hipnagógicas que la acompañan. Así la mayoría de estas historias incluyen el hecho de que la persona se encuentra dormida o somnolienta. Y también la mayor parte de las veces la persona es paralizada. Además es común que las alucinaciones vayan acompañadas de memoria falsa (donde la persona se persuade en creer algo que no sucedió, y agrega elementos para hacer más coherente la historia).
La parálisis del sueño es un fenómeno extremadamente común que ocurre por lo menos una vez en la vida en el 40 a 50 por ciento de los sujetos normales. Sin embargo, como un problema crónico es mucho menos común (y suele estar asociado a la narcolepsia). También pueden presentarse al tratar de conseguir sueños lúcidos.

domingo, enero 21, 2007

Las ideas no son manzanas...

http://blog.smaldone.com.ar/2007/01/16/las-ideas-no-son-manzanas/

Si tú tienes una manzana y yo tengo una manzana y las intercambiamos, entonces ambos aún tendremos una manzana. Pero si tú tienes una idea y yo tengo una idea y las intercambiamos, entonces ambos tendremos dos ideas.
Este simple ejemplo de George Bernard Shaw debería ser suficiente para mostrar la diferencia fundamental entre el conocimiento y los bienes materiales. Sin embargo, parece ser la tendencia actual el cubrir al conocimiento con un manto de escasez artificial, impidiendo su difusión para de esta forma asemejarlo a las cosas materiales y tratarlo como a estas últimas.

Este artificio para lograr que las ideas se comporten como las manzanas consiste de marcos regulatorios legales. La idea no es nueva, como lo explica muy claramente Enrique Chaparro, sino que se remonta a finales del siglo XVIII en donde nacen el derecho de autor y las patentes. Lo novedoso es la generalización de la idea de privatizar el conocimiento.
Así como en los comienzos de la llamada "era industrial" fue necesaria la privatización de los medios de producción, ahora se intenta la apropiación del conocimiento humano. Pero, como lo deja en claro el simple ejemplo de Bernard Shaw, este es por naturaleza inagotable y se requiere de mecanismos artificiales para eliminar su capacidad de reproducción infinita.
Así es que, por ejemplo, se patentan algoritmos (ideas puras sobre cómo resolver distintos problemas), métodos matemáticos, secuencias genéticas y proteínas, entre muchos otros ejemplos. Lo que no se tiene en cuenta es que estos "descubrimientos" son sólo el estado actual alcanzado por un proceso evolutivo cultural de varios siglos y, al otorgar la exclusividad de su utilización, se está poniendo una barrera a su continuación.
Triste (y vergonzoso) es ver, por dar otro ejemplo, a universidades públicas firmando acuerdos de confidencialidad con empresas, en el marco de investigaciones relacionadas con la mejora de la producción de alimentos. (¿Cuántos conocimientos previos se utilizarán es esa investigación, amén de los fondos públicos utilizados? ¿No es penoso ver a una Universidad pública ocultando avances científicos que pudieran beneficiar a la comunidad o impulsar nuevos avances?)
Lamentablemente, estamos asistiendo a un nuevo escenario en el mundo del conocimiento y la cultura. Si hemos llegado al grado de avance actual, ha sido gracias a la libre difusión de las ideas (y tenemos grandes muestras en la historia de lo ocurrido cada vez que se intentó ponerle frenos). Parece que muchos están dispuestos a terminar con este proceso evolutivo, a cambio de la explotación del valor económico de la cultura obtenida hasta hoy.
Ortega y Gasset estaría agradecido de que aún hoy la Filosofía no sirva para nada. Tal vez esto evita que la pongan en un frasco o en una caja, la etiqueten y la vendan como un "producto".
Quizás la comunidad científica sea la única que pueda detener el avance de esta tendencia (seguramente ni los gobiernos ni las empresas lo harán). ¿Se prestarán nuestros científicos al comercio del conocimiento? Por ahora muchos meten la cabeza en la tierra...

sábado, enero 20, 2007

Interesante: Intoxicación de agua

Una mujer del estado de California, EEUU, que participó en un concurso de ingesta de agua para ganar una consola de videojuegos, murió por intoxicación del líquido elemento, según pruebas médicas.
Jennifer Strange había tomado parte en el certamen 'Aguanta tu pipí por una Wii' (Hold Your Wee for a Wii), organizado por la radio KDND 107.9, de la ciudad de Sacramento, cuyo ganador se llevaría una consola Wii, de Nintendo.
Una colega del trabajo señaló que la señora Strange dijo que le dolía la cabeza horas después de participar en el concurso, y se fue a casa.
Strange, de 28 años, fue hallada muerta el viernes en su casa de Rancho Cordova.
Una autoridad local dijo que las primeras pruebas demostraban ser "concordantes con intoxicación con agua".
A los participantes se les dio al principio botellas de 225 mililitros para que beban cada 15 minutos.
El concursante James Ybarra dijo a Associated Press que los organizadores les recomendaron que si no se sentían capaces de hacerlo "no pongan su salud en peligro", según BBC.
Ybarra agregó que él renunció tras ingerir cinco botellas, pero que los concursantes que quedaban comenzaron a beber de botellas aún más grandes.
"Lo hacia por sus hijos
"Ella me hablaba de su familia y de sus tres hijos, y me decía que hacía esto por sus niños", contó Ybarra.
Su colega Laura Rios, señaló que Strange lloraba y que "eso fue lo último que cualquiera haya escuchado de ella".
La emisora dijo que su personal estaba conmovido por esta muerte.

domingo, enero 07, 2007

adicción agua

http://www.hoy.es/pg060716/prensa/noticias/Sociedad/200607/16/HOY-SOC-114.html


María N. V. era una más de esas chicas que, de vez en cuando, saca una botella de agua mineral del bolso y bebe, casi de manera refleja y en cualquier lugar, sin sentir en realidad una sed 'física' que deban satisfacer. Cuando hace ahora dos años decidió que quería perder algo de peso, pensó hacerlo de la manera más natural: bebiendo agua. Nunca imaginó que aquella decisión aparentemente sensata derivaría en una una adicción para muchos desconocida, la potomanía.

Esta joven extremeña de 21 años, que prefiere mantener su identidad oculta por motivos familiares, es estudiante y durante el curso vive en Madrid. Todavía reconoce no tener muy claro cómo terminó un día en el servicio de urgencias del Hospital Ramón y Cajal, donde le diagnosticaron una adicción de la que ni siquiera era consciente: María era potomaníaca y todavía hoy está en tratamiento. Su médico le ha recetado beber sólo un litro de agua al día y admite que, en ocasiones, sigue sintiendo algo de 'mono'.

«Quería perder algunos kilos, aunque era consciente de que no estaba gorda y tanto en mi círculo de amigas, como en la televisión, había escuchado que el agua calma la ansiedad y disminuye el apetetito, de manera que pensé que antes de recurrir a cualquier tipo de pastillas o dietas 'milagrosas', optaría por un sistema mucho más natural, que yo imaginaba 'inocuo'. Comencé bebiendo unos dos litros y medio de agua al día», cuenta María.

Poco a poco, la joven extremeña empezó a ver los resultados de su particular 'dieta', perdió algunos kilos, ya que el agua iba disminuyendo su apetito. Satisfecha de su decisión, María se hizo aún más inseparable de su 'botellita de plástico'. «Bebía a todas horas. En el cine, en el metro, por la calle...Como si el cuerpo me pidiera más y más líquido. Pasé de tomar tres litros diarios a beberme cinco o seis por jornada, casi sin darme cuenta».

Jose Ramón Gutiérrez, jefe del Servicio de Psiquiatría Infantil del Hospital Infanta Cristina de Badajoz, afirma que la potomanía (a excepción de la llamada 'neurológica', que se origina por causas físicas) es consecuencia de conflictos o problemas psicológicos que desembocan en este tipo de conductas que, según el doctor, se asemejan a las derivadas de desordenes alimenticios como la bulimia: «Consiste en el deseo frecuente de beber grandes cantidades de líquido, asociado a una actitud placentera».

Ella no era consciente

María asegura que en ningún momento fue consciente de que lo que hacía podía suponer algún peligro físico para ella, ya que la ingesta de agua está incluso recomendada por algunos facultativos y el mundo de la publicidad lo aconseja cada día desde nuestros televisores: «¿Cómo vas a pensar que lo más natural que existe puede llegar a hacerte un destrozo así?», reflexiona María, un tiempo después de que su vida estuviera a punto de desvanecerse.

Los especialistas coinciden en la importancia de beber al menos un litro y medio al día. Pero hay personas que literalmente se toman esta indicación de manera exagerada.

Naturaleza enemiga

«Son adictos que ni se imaginan las consecuencias. Piensan que, por ser natural, el agua no hace daño. Esa es la imagen que se tiene del líquido. Pero es un error. Una ingesta excesiva y prolongada puede tener consecuencias nefastas», apunta la doctora pacense Elena Asuar, experta en nutrición.

María se pasó. Varios meses más tarde de empezar su 'dieta líquida', un día se desplomó en el suelo ante sus compañeras de piso que no entendían que estaba sucediendo. «Empecé a sentirme mal y una hora más tarde, cuando recobré la conciencia, estaba tumbada en una camilla del box de urgencias de un hospital», relata todavía visiblemente afectada al recordar lo sucedido.

A la extremeña le fallaba el corazón, las piernas se le encogían solas por los calambres y sus riñones daban sobradas muestras de cansancio. María, que sigue acudiendo al psiquiatra para corregir su enganche al agua, estuvo durante media hora a las puertas del shock.

Un mal uso del elemento más natural se convierte así en uno de los mayores enemigos del organismo humano. La doctora Elena Asuar señala entre los daños más perjudiciales para la salud, derivados de la ingesta excesiva de agua, la alteración en el funcionamiento de los riñones (encargados de regular los excesos de líquido a través de la orina), de la sangre y el equilibrio de los fluidos internos.

Un exceso de agua en el organismo ayuda a que los minerales (sodio, potasio, magnesio...) se diluyan con mayor rapidez en el plasma sanguíneo, dando lugar a la aparición de calambres, cansancio y pérdida de agilidad mental.

«Una de las situaciones más difíciles de revertir es cuando la sangre presenta niveles muy bajos de sodio en la sangre (hiponatremia). El funcionamiento del cerebro se ve seriamente comprometido. Como consecuencia, es común la presencia de náuseas, dolores de cabeza muy intensos o letargia. Los casos más graves terminan en convulsiones, una parálisis o, incluso, la muerte», explica la facultativa.

A falta de datos que retraten la incidencia de este trastorno relativamente desconocido (sólo en los círculos médicos y psiquiátricos conocen bien la enfermedad, sus causas y consecuencias) por el hospital madrileño Ramón y Cajal ya han pasado algunos adictos que, como la veinteañera extremeña, han perdido el control.Uno de los ingresados consumía entre seis y siete litros de agua diarios (la media está en 124 litros por español y año), en vez de los dos recomendables para asegurar el equilibrio hídrico del cuerpo.

Litros y más litros

Sin embargo, para que los 'males sean mayores', es decir, para llegar a estos extremos, una persona tiene que ingerir grandes cantidades de agua. Asuar apunta que más de 6 litros diarios y que aun así, dependería de la persona en cuestión: «El organismo humano está preparado para elminar a través del riñón de 10 a 14 mililitros de agua por minuto, de manera que la persona tendría que superar ese límite de elminación que tiene el organismo y para ello tendría que tomar una cantidad enorme de agua».

Los expertos recomiendan adecuar la cantidad de agua consumida dependiendo de la época del año. Así, durante el verano estas cantidades pueden verse aumentadas para evitar la deshidratación. La doctora Asuar puntualiza que el consumo responsable de agua y en las cantidades adecuadas puede ser una manera eficaz de eliminar toxinas, pero matiza que no es una garantía de pérdida de peso: «Mucha gente que intenta perder peso utiliza la ingestión de agua con una doble intención: por una parte conseguir sentirse saciado y eliminar el apetito, y por otra, eliminar líquidos con efecto depurativo. Los efectos no son siempre los deseados, pero la creencia permanece».

Así, la combinación de la publicidadd, la importancia que nuestra sociedad le da a la imagen y los llamados 'métodos de salud naturales' pueden ser algunas de las causas de un aumento en el consumo del líquido elemento. Los españoles son los cuartos consumidores de agua en Europa tras italianos, alemanes y franceses. En 2005, se bebieron 5.489 millones de litros embotellados (un 5,5% más que el año pasado, según los productores). Agua, sólo la necesaria Tomo dos litros y medio e incluso tres al día. Me he acostumbrado a beber porque todo el mundo lo recomienda como un buen hábito para el organismo y también estético. «Tomo dos litros y medio todos los días» Yo no llego al litro diario, todo el mundo me dice que tengo que beber más, pero como trabajo fuera de casa no tengo tiempo ni para beber. Prefiero beber antes un zumo de piña o un refresco, que agua. No me llama para nada la atención. «No bebo ni un litro y me dicen que beba más» Bebo un par de litros al día, que no es mucha agua, creo yo, pero es lo suficiente y lo recomendado por los especialistas. No me cuesta trabajo porque a mí siempre me apetece el agua y durante el verano es necesaria. «A mí siempre me apetece el agua» «A mí siempre me apetece el agua» Aproximadamente bebo litro y medio y sé que sería mucho mejor beber al menos dos litros, o eso es al menos es lo que dice todo el mundo. Pero es que yo sólo bebo cuando me apetece y aunque soy consciente de que debería aumentar la cantidad, no lo consigo. «Es una tontería pensar que por beber adelgazas» Suelo beber mucha agua, unos tres o cuatro litros. Yo creo que la gente bebe más de lo que cree, yo lo controlo porque siempre bebo de la misma botella. No bebo por estética y pienso que es una tontería pensar que por beber agua se pierde peso.

EFECTOS
Cerebro: La pérdida de magnesio, otro de los minerales afectados por la potomanía, provoca la falta de memoria y contribuye en buena medida a acelerar el envejecimiento.

Corazón: El exceso de agua contribuye a la pérdida masiva de potasio por la orina. Sin este mineral, el corazón pierden su ritmo y el músculo cardíaco puede llegar a pararse.

Riñones: Regulan el metabolismo del agua y de los minerales y filtran las impurezas del organismo. Pero tienen un límite. Un exceso de líquido en el cuerpo provoca su colapso.

Músculos: Disminuye el número de impulsos nerviosos que llegan a los músculos, aparecen los calambres y el bajo tono de las fibras provoca la aparición de fatiga.

jueves, enero 04, 2007

Breve biografía Richar Stallman

Libre como en Libertad: Traducción al castellano. Comunidad Colibrí

Capítulo 3. Un retrato del hacker adolescente
La madre de Richard Stallman, Alicia Lippman, todavía recuerda el momento en que notó que su hijo tenia un don especial.
"Creo que fue cuando él tenía ocho años," Lippman recuerda.
El año era 1961, y Lippman, una madre soltera recientemente divorciada, estaba pasando el tiempo una tarde de un fin de semana, dentro del pequeño apartamento familiar del Upper West Side de Manhattan. Hojeando una copia del Scientific American, Lippman llegó a su sección favorita, la columna escrita por Martin Gardner intitulada "Juegos Matemáticos." Lippman, una profesora sustituta de arte, siempre disfrutó la columna de Gardner debido a los retos mentales que ella proveía. Con su hijo ya concentrado en un libro en el sofa contiguo, Lippman decidió tratar de resolver el rompecabezas de la semana.
"Yo no era la mejor en lo que se refería a la resolución de problemas," ella admite. "Pero como artista, encontré que ellos me ayudaban a traspasar barreras conceptuales."
Lippman dice que su intento de resolver el problema encontró inmediatamente una barrera insoslayable. Cercana a arrojar la revista con disgusto, Lippman se vio sorprendida por un suave tirón a la manga de su camisa.
"Era Richard," ella recuerda, "El quería saber si yo necesitaba ayuda."
Oscilando entre el rompecabezas y su hijo, Lippman cuenta que inicialmente ella observó con escepticismo el ofrecimiento de su hijo. "Le pregunté a Richard si él había leído la revista," ella relata. "Me dijo que si, y aún más él ya había resuelto el rompecabezas. A continuación él comenzó a explicarme como resolverlo."
Escuchando la lógica de la forma en que su hijo atacó el problema, el escepticismo de Lippman, rápidamente desembocó en incredulidad. "Quiero decir, siempre supe que era un niño brillante," ella cuenta, "pero esta era la primera vez en que notaba algo que le sugiría; lo avanzado que en realidad estaba."
Treinta años después del hecho, Lippman precisa su memoria con una risa. "Para decir verdad, no creo que nunca habría yo de resolver el rompecabezas," ella relata. "Todo lo que recuerdo es haberme sorprendido de que el supiera la respuesta."
Sentada en el comedor de su segundo apartamento de Manhattan- el mismo complejo espacioso de tres habitaciones que ella y su hijo ocuparían después del matrimonio de ella en 1967 con Maurice Lippman, ya fallecido- Alice Lippman exuda una mezcla de orgullo de madre judía y de perplejidad cuando rememora los primeros años de vida de su hijo. El comedor aparador contiguo ofrece una foto de ocho por diez de Stallman ofreciendo una mirada con el ceño fruncido, con barba completa y traje de doctorado. La imagen hace parecer pequeñas las fotos acompañantes de los sobrinos y nietos de Lippman, pero antes de que el visitante pueda sacar conclusiones de esto, Lippman se asegura de balancear su lugar prominente con un comentario irónico.>
"Richard insistió en que la tuviera después de su doctorado honorario de la Universidad de Glasgow," cuenta Lippman. "El me dijo, `Adivina que, mamá? Es la primera ceremonia de graduación a la que he asistido.'"[1]
Tales comentarios reflejan el sentido de humor que se desarrolla cuando se educa a un niño prodigio. No se equivoquen, por cada historia que Lippman escucha o lee acerca de la testarudez y del comportamiento inusual de su hijo, ella puede replicar con al menos una docena de historias similares.
"El solía ser tan conservador," ella cuenta, lanzando sus brazos con una mueca de exasperación. "Solíamos tener las peores discusiones justo aquí en este comedor. Yo hice parte del primer grupo de maestros de escuelas públicas locales que lucharon para formar un sindicato, y Richard estaba muy furioso conmigo. El veía a los sindicatos como corruptos. El, también, se oponía a la seguridad social. El pensaba que la gente podía hacer mucho más dinero invirtiendo en sí mismos. Quien iría a imaginar, que en menos de diez años se habría de volver tan idealista? Todo lo que recuerdo es a su hermana menor venir a mi diciendo, `Qué es lo que el será cuando grande? Un fascista?'"
Como madre soltera por cerca de una década -ella y el padre de Richard, Daniel Stallman, que se casaron en 1948, se divorciaron en 1958, y después compartieron la custodia de su hijo- Lippman puede atestiguar acerca de la aversión de su hijo por la autoridad. Ella también puede atestiguar acerca del deseo de conocimiento de su hijo. Fue cuando estas dos fuerzas se conjugaron, Lippman dice, que ella y su hijo experimentaron sus más grandes batallas.
"Fue como si el nunca hubiera querido comer," cuenta Lippman, recordando el patrón de comportamiento que estableció alrededor de los ocho años de edad y que nunca abandonó sino hasta la graduación de bachillerato de 1970 de su hijo. "Lo llamé a comer, y el nunca me oyó. Hube de llamarlo 9 o 10 veces tan sólo para obtener su atención. El estaba totalmente inmerso."
Stallman, por su parte, recuerda cosas de una manera similar, aunque con un giro político.
"Me encantaba leer," el dice. "Cuando quería leer, y mi madre me llamaba a la cocina a comer e ir a dormir, no iba a escucharla. No veía ninguna razón por la cual no habría de seguir leyendo. Ninguna razón para que ella me dijera lo que tenía que hacer, punto. Esencialmente, las ideas sobre las cuales habia leído, tales como democracia y libertad individual, las aplicaba a mí mismo. No veía ninguna razón por la cual los niños habrían de ser excluidos de estos principios."
La creencia en la libertad individual por encima de la autoridad arbitraria se extendió al colegio, también. Con dos años por delante de sus compañeros de clase para cuando tenía 11 años de edad, Stallman sufrió todas las frustraciones usuales en los niños prodigio en las escuelas publicas. No fue mucho después del incidente con el rompecabezas que su madre asistió a la primera de la que habría de ser una larga cadena de charlas entre padres y maestros.
"El se negaba absolutamente a escribir textos," cuenta Lippman, recordando una de sus primeras controversias. "Pienso que el último texto que él escribió antes de su último año de bachillerato fue un ensayo acerca de la historia del sistema numérico occidental en para un profesor de cuarto de primaria."
Con un don para todo aquello que requiriese pensamiento analítico, Stallman se inclinó por las matemáticas y las ciencias a expensas del resto de materias. Lo que algunos profesores vieron como una mente resuelta, sin embargo, Lippman vió como impaciencia. Las matemáticas y la ciencia simplemente ofrecían demasiadas oportunidades para aprender, especialmente en comparación con temas y búsquedas para las cuales su hijo parecía menos naturalmente inclinado. Alrededor de los 10 u 11, cuando los niños en el curso de Stallman comenzaron a jugar regularmente de fútbol, ella recuerda cuando su hijo regresó a casa envuelto en ira. "El quería tanto jugar, pero simplemente no tenia las destrezas de coordinación requeridas," Lippman recuerda. "Eso lo puso muy furioso."
La rabia eventualmente llevó a su hijo a enfocarse aún más en matemáticas y ciencias. Aun en el reino de la ciencia, sin embargo, la impaciencia de su hijo podría llegar a ser problemática. Estudiando detenidamente los libros de texto de cálculo para cuando contaba siete años de edad, Stallman veia poca necesidad en callar su su discurso ante los adultos. En algún momento, durante sus años de colegio, Lippman contrató un estudiante de la vecina, Universidad de Columbia para que hiciera de hermano mayor de su hijo. El estudiante abandonó el apartamento después de su primera sesión y nunca regresó.
Otra anécdota favorita de la madre data de comienzos de los años 1960, poco después del incidente con el rompecabezas. Cuando tenía alrededor de siete años, dos años depués del divorcio y la relocalización de Queens, Richard tomó el pasatiempo de los modelos de lanzamiento de cohetes en el vecino Parque de Riverside Drive. Lo que comenzó como una diversión inofesiva pronto tomó un cariz de suma seriedad en la medida que su hijo comenzó a registrar datos de cada lanzamiento. Igual que el interés en juegos matemáticos, la actividad atrajo poca atanción hasta que un día, justo antes de un gran lanzamiento de cohetes de la NASA, Lippman inquirió a Richard para ver si estaba interesado en observar.
"El estaba echando humo," Lippman cuenta. "Todo lo que pudo decirme fue, `Pero si no estoy listo para publicar todavía.' Aparentemente el tenía algo que verdaderamente quería mostrarle a la NASA."
Tales anécdotas ofrecen una evidencia temprana de la intensidad que se convertiría en la marca distintiva de Stallman a lo largo de su vida. Cuando otros niños se sentaban a la mesa, Stallman permanecía en su cuarto a leer. Cuando otros niños jugaban a ser Johnny Unitas, Stallman jugaba a ser Werner von Braun. "Yo era extraño," Stallman dice, recordando sus años tempranos sucintamente en una entrevista de 1999. "Después de cierta edad, los únicos amigos que yo tenía eran profesores." [2]
Auncuando esto significara más comparecencias por disciplina en el colegio, Lippman decidió ser indulgente con la pasión de su hijo. Cuando tenía 12 años de edad, Richard atendía a los campamentos de ciencia durante el verano y al colegio privado durante el año escolar. Cuando un profesor le recomendó a ella que lo enrolara en el Programa de Honores de Ciencia de Columbia, un programa post-Sputnik diseñado para estudiantes talentosos de los cursos medios y altos de colegio en New York City, Stallman aceptó aumentar sus actividades extracurriculares y pronto se encontró viajando a la parte alta de la ciudad para llegar al campus de la Universidad de Columbia todos los sábados.
Dan Chess, un compañero de clase en el Programa de Honores de Ciencias de Columbia, recuerda a Richard Stallman pareciéndole un tanto extraño aún entre estudiantes que compartían un deseo similar por matemáticas y ciencias. "Todos eramos geeks y nerds, pero él estaba inusualmente desadaptado," recuerda Chess, ahora un profesor de matemáticas en el Hunter College. "El también era listo como el demonio. He conocido mucha gente lista, pero creo que él era la persona más lista que jamás he conocido."
Seth Breidbart, un compañero y alumno del Programa de Honores de Ciencias de Columbia, ofrece un testomonio reforzador. Un programador de computadores que se ha mantenido en contacto con Richard Stallman gracias a una pasión compartida por la ciencia ficción y las convenciones de ciencia ficción, le recuerda a un Stallman de 15 años buzz-cut-wearing tan "intimidante", especialmente para un compañero de 15 años de edad.
"Es difícil de describir," Breidbart dice. "No era como si el fuera inabordable. El era simplemente demasiado intenso. [El era] muy conocedor pero también muy testarudo de ciertas formas."
Tales descripciones invitan a la especulación: los adjetivos cargados de juicio tales como "intenso" y "testarudo" son simplemente una forma de describir rasgos que hoy en día podrían ser categorizados como un desorden juvenil de comportamiento? Un diciembre del 2001, un artículo de la revista [ Wired ]intitulado "El Síndrome Geek" dibuja el retrato de varios niños científicamente dotados diagnosticados con autismo high-functioning o Síndrome de Asperger. De varias formas, los recuerdos paternos registrados en el artículo de [Wired] article are eerily are eerily similar to the ones offered by Lippman. Even Stallman has indulged in psychiatric revisionism from time to time. During a 2000 profile for the [Toronto Star], Stallman described himself to an interviewer as "borderline autistic,"[3] a description that goes a long way toward explaining a lifelong tendency toward social and emotional isolation and the equally lifelong effort to overcome it.
Such speculation benefits from the fast and loose nature of most so-called "behavioral disorders" nowadays, of course. As Steve Silberman, author of "The Geek Syndrome," notes, American psychiatrists have only recently come to accept Asperger Syndrome as a valid umbrella term covering a wide set of behavioral traits. The traits range from poor motor skills and poor socialization to high intelligence and an almost obsessive affinity for numbers, computers, and ordered systems.[4] Reflecting on the broad nature of this umbrella, Stallman says its possible that, if born 40 years later, he might have merited just such a diagnosis. Then again, so would many of his computer-world colleagues.
"It's possible I could have had something like that," he says. "On the other hand, one of the aspects of that syndrome is difficulty following rhythms. I can dance. In fact, I love following the most complicated rhythms. It's not clear cut enough to know."
Chess, for one, rejects such attempts at back-diagnosis. "I never thought of him [as] having that sort of thing," he says. "He was just very unsocialized, but then, we all were."
Such descriptions give rise to speculation: are judgment-laden adjectives like "intense" and "hardheaded" simply a way to describe traits that today might be categorized under juvenile behavioral disorder? A December, 2001, [Wired] magazine article titled "The Geek Syndrome" paints the portrait of several scientifically gifted children diagnosed with high-functioning autism or Asperger Syndrome. In many ways, the parental recollections recorded in the [Wired] article Lippman, on the other hand, entertains the possibility. She recalls a few stories from her son's infancy, however, that provide fodder for speculation. A prominent symptom of autism is an oversensitivity to noises and colors, and Lippman recalls two anecdotes that stand out in this regard. "When Richard was an infant, we'd take him to the beach," she says. "He would start screaming two or three blocks before we reached the surf. It wasn't until the third time that we figured out what was going on: the sound of the surf was hurting his ears." She also recalls a similar screaming reaction in relation to color: "My mother had bright red hair, and every time she'd stoop down to pick him up, he'd let out a wail."
In recent years, Lippman says she has taken to reading books about autism and believes that such episodes were more than coincidental. "I do feel that Richard had some of the qualities of an autistic child," she says. "I regret that so little was known about autism back then."
Over time, however, Lippman says her son learned to adjust. By age seven, she says, her son had become fond of standing at the front window of subway trains, mapping out and memorizing the labyrinthian system of railroad tracks underneath the city. It was a hobby that relied on an ability to accommodate the loud noises that accompanied each train ride. "Only the initial noise seemed to bother him," says Lippman. "It was as if he got shocked by the sound but his nerves learned how to make the adjustment."
Para la mayoría de las veces, Lippman recuerda a su hijo exhibiendo la exitación, energía y destrezas sociales de cualquier niño normal. No fue sino después de una serie de eventos traumáticos que destruyeron el hogar de Stallman, ella dice, que su hijo se volvió introvertido y emocionalmente distante.
El primer evento traumático fue el divorcio de Alice y Daniel Stallman, el padre de Richard. Aun cuando Lippman dice que tanto ella como su ex-esposo trataron de preparar a su hijo para el golpe, ella dice que el golpe fue devastador sin embargo. "El hizo como si no hubiera prestado atencióna cuando nosotros le contamos lo que estaba sucediendo," Lippman recuerda. "Pero la realidad le golpeó en la cara cuando él y yo nos trasteamos a un nuevo apartamento. La primera cosa que él dijo fue, `Dónde están los muebles de papa?'"
Durante la siguiente década, Stallman habría de emplear sus días de entre semana en el aprtamento de su madre en Manhattan y sus fines de semana en el hogar de su padre en Queens. El ir y venir le dió la oportunidad de estudiar el par de estilos contrastantes de ser padres que, hasta este día, deja a Stallman firmemente opuesto a la idea de criar un niño el mismo. Hablando de su padre, un veterano de la segunda guerra mundial que falleció a inicios del 2001, Stallman balancea respeto con rabia. Por un lado, hay un hombre cuyo compromiso moral lo llevó a aprender francés con el fin de poder ser mas útil para los aliados cuando ellos finalmente vinieron. Por el otro lado, ahí estaba un padre que siempre supo como ingeniarse una humillación para lograr un efecto cruel. [5]
"Mi padre tenía un temperamento horrible," Stallman dice. "El nunca gritó, pero él siempre encontró alguna forma de criticarlo a uno de una manera fría, y diseñado para abatirlo a uno."
En lo que respecta a la vida en el apartamento de su madre, Stallman es menos equívoco. "Eso era guerra," el dice. "Yo solía decir en mi miseria, `Quiero irme a casa,' significando aqule lugar inexistente que yo nunca tendré."
Durante los primeros años después del divorcio, Stallman encontró la tranquilidad que lo eludió en la casa de sus abuelos paternos. Entonces, cuando estaba alrededor de lo 10 años de edad, sus abuelos murieron en una corta sucesión. Para Stallman, la pérdida fue devastadora. "Yo solía ir y visitarlos y me sentía en un ambiente gentil y amoroso," Stallman recuerda. "Este era el único lugar que yo habría de encontrar, hasta cuando entre al college."
Lippman lista la muerte de los abuelos paternos de Richard como el segundo evento traumático. "Esto realmente lo indispuso," ella dice. El era muy cercano a ambos abuelos. Antes de que ellos murieran, él era bastante extrovertido, casi del tipo de líder de la manada cuando estaba con los otros chicos. Después de que ellos murieran, el se volvió mucho más retraido emocionalmente."
Desde la perspectiva de Stallman, el retraimiento emocional era meramente un intento por hacerse cargo con la gonía de la adolescencia. Etiquetando a sus años adolescentes como "horror puro," Stallman dice que él usualmente se sintió como una persona sorda en medio de una multitud de rechinantes escuchadores de música.
"Usualmente tuve el sentimiento que yo nunca pude comprender aquello de cual hablaban las demás personas," dice Stallman, rememorando la burbuja emocional que lo aisló del resto del mudo adulto y adolescente. "Podía entender las palabras, pero algo subyacía en las conversaciones que yo no podía entender. Yo no podía comprender porque la gente estaba interesada en las cosas que otras personas decían."
Para toda la agonía que esto produjo, la adolescencia habría de tener un efecto alentador en el sentido de individualidad de Stallman. En un momento en que gran parte de sus compañeros de clase estaban dejándose crecer el cabello, Stallman preferió tenerlo corto. En un tiempo en que todo el mundo adolescente estaba escuchando el rock and roll , Stallman prefirió la música clásica. Siendo un fanático devoto de la ciencia ficción,de la revista [Mad] , y de la televisión nocturna, Stallman cultivó una personalidad distintivamente arrolladora que llevó a un límite la incomprensión de sus padres y de sus camaradas por igual.
"Oh, los juegos de palabras," dice Lippman, todavía exasperada por el recuerdo de la personalidad adolescente de su hijo. "No había ninguna cosa que usted pudiera decir en la mesa del comedor que él no te fuera a responder con un juego de palabras."
Fuera del hogar, Stallman guardaba estos chistes para contarselos exclusivamente a los adultos, los cuales tendían a ser indulgentes con su naturaleza virtuosa. Uno de los primeros fue el consejero del campamento de verano que le entregó a Stallman una impresión del manual del computador IBM 7094 cuando él tenía 12 años de edad. Para un preadolescente fascinado con los números y las ciencias, el regalo era como enviado de Dios.[6] Para finales del verano, Stallman estaba escribiendo programas según las especificaciones internas del 7094 internal specifications, anxiosamente anticipando la obtención de una oportunidad de ensayarlos en una máquina real.
Con el primer computador personal todavía a una decada de distancia, Stallman estaría forzado a esperar algunos años antes de obtener acceso a su primer computador. Su primera oportunidad finalmente llegó durante su penúltimo año de bachillerato. Contratado en el Centro Científico IBM de Nueva York, un instituto de investigación, ahora difunto, en el centro comercial de Manhanttan, Stallman empleó el verano después de la graduación de bachiller escribiendo su primer programa, un pre-procesador para el 7094 escrito en el lenguaje de programación PL/I. "Yo primero lo escribí en PL/I, entonces comencé de nuevo en lenguaje assembler cuando el programa en PL/Iestaba demasiado grande para que cupiera en el computador," é recuerda.
Después de ese trabajo en el Centro Científico de IBM, Stallman obtuvo la posición de asistente del laboratorio en el departamento de biología en la Universidad Rockefeller. Aun cuando el ya se estaba encaminando hacia una carrera en matemáticas o física, la mente analítica de Stallman impresionó al director del laboratorio lo suficiente para que años después de que Stallman hubiera partido del colegio, Lippman recibió una inesperada llamada telefónica. "era el profesor del Rockefeller," Lippman dice. "El quería saber cómo le estaba yendo a Richard. El se sorprendió de saber que él estuviera trabajando con computadores. El siempre pensó que Richard tendría un gran futuro adelante como biólogo."
Las destrezas analíticas de Stallman, también impresionaron a los miembros de la facultad en Columbia, aún en el momento en que Stallman mismo se convirtió en blanco de la ira de ellos. "Típicamente una o dos veces por hora [Stallman] habría de descubrir algún error en la conferencia," dice Breidbart. "Y él no era nada tímido al momento de hacerles saber su error a los profesores de manera inmediata. Esto le significó mucho respeto pero no mucha popularidad."
Oyendo la anécdota relatada por Breidbart, este evoca una mirada burlona de Stallman. "Yo era un poco un patán a ratos," el admite. "Pero encontré unos espíritus afines entre los profesores, porque a ellos, también, les gustaba aprender. A los muchachos, para la mayor parte de las veces no les gustaba. Al menos no de la misma forma."
No obstante, pasando el tiempo con los muchachos avanzados durante los sábados, alentó a Stallman a pensar más acerca de los méritos de una socialización mejorada. Con el tiempo de la universidad acercandose, Stallman, como muchos otros de los que estaban en el Programa de Honores en Ciencias en Columbia, había estrechado la lista de sus universidades deseadas a dos escogencias: Harvard y MIT. Sabiendo del deseo de su hijo de trasladarse a la Liga Ivy, Lippman empezó a preocuparse. Siendo él un estudiante de bachillerato de 15 años de edad, Stallman todavía tenía encuentros con los profesores y administradores. Tan sólo un año antes, el había sacado uniformemente Aes en Historia de Estados Unidos, Química, Francés y Algebra, pero una notoria F en Inglés reflejaba el boicott que llevaba a cabo contra las tareas escritas. Tales pifias podría retratar una conocida broma en el MIT, pero en Harvard, ellas eran una bandera roja.
Durante el penúltimo año de su hijo, Lippman dice que ella programó una cita con un terapeuta. El terapeuta expresó instantáneamente una preocupación acerca de la negativa de Stallman a escribir textos y acerca de las reyertas con los profesores. Su hijo ciertamente tenía los requisitos intelectuales para tener éxito en Harvard, pero tendría él la paciencia para sentarse a través de las clases del colegio que requería un term paper? El terapeuta sugirió un ensayo. Si Stallman lograba permanecer todo un año en las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York, incluyendo una clase de inglés que requiriese la escritura de textos, él probablemente podría sobrevivir a Harvard. Siguiendo la finalización de su penúltimo año, Stallman prontamente se enroló en el colegio de verano en el Louis D. Brandeis High School, una escuela pública localizada en la Calle 84, y comenzo haciendo las clases obligatorias de arte que el había evitado anteriormente durante su carrera de bachillerato.
Para el otoño, Stallman estaba de nuevo dentro de la población de estudiantes de bachillerato de la ciudad de Nueva York que seguía la corriente. No era fácil sentarse en clases que parecían remediales en comparación con sus estudios de los sábados en Columbia, pero Lippman recuerda orgullosamente la habilidad de su hijo para conservar las reglas.
"El fue forzado, hasta un cierto punto a hacer reverencias, pero el lo logró," Lippman dice. "Yo fui llamada una sola vez, lo cual resultaba casi un milagro. Era el profesor de cálculo quejándose de que Richard siempre acusaba al profesor de usar una falsa prueba. Yo le dije, `Bien, esta él en lo correcto?' El profesor dijo, `Si, pero yo no puedo decírselo a la clase. Ellos no lo entenderían.'"
Para finales de su primer semestre en Brandeis, las cosas estaban quedando en su lugar. Un 96 en Inglés suprimió gran parte del estigma de los 60 obtenidos 2 años antes. En gran medida, Stallman se escudó con altísimas notas en Historia de los Estados Unidos, Cálculo Avanzado, y Microbiología. El remate fue un perfecto 100 en Física. Aunque todavía siendo un marginado social, Stallman finalizó sus 11 meses en Brandeis como el cuarto mejor estudiante de una clase de 789.
Afuera del aula de clase, Stallman llevó a cabo sus estudioa con una aún mayor diligencia, afanándose entre semana, para cumplir con sus tareas como asistente de laboratorio en la Universidad Rockfeller y evadiendo a los manifestantes contra la Guerra del Vietnam cuando iba camino a la escuela en Columbia. Fue allí, mientras el resto de los estudiantes del Programa de Honores en Ciencias se sentaban a hablar acerca de sus escogencias en la universidad, que Stallman finalmente tomó un momento para participar en la sesión preuniversitaria.
Breidbart recuerda, "Muchos de los estudiantes iban a Harvard o a MIT, naturalmente, pero también había algunos pocos que iban a otras universidades de la Liga Ivy. En la medida que la conversación se movía a través del cuarto, se hacia aparente que Richard no había dicho nada todavía. No sé quien fue pero alguien tuvo el valor de preguntarle acerca de lo que tenía planeado hacer."
Treinta años después, Breidbart recuerda el momento claramente. Tan pronto como Stallman soltó la noticia de que él también iba a asistir a la Universidad de Harvard ese otoño, un extraño silencio llenó el salón. Casi como en una mueca las esquinas de la boca de Stallman se levantaron haciendo una sonrisa de satisfacción personal.
Breidbart dice, "Era la forma silenciosa de de decir, `Es correcto. ustedes todavía no se han desembarazado de mi.'"
Notas
[1]
Michael Gross, "Richard Stallman: High School Misfit, Symbol of Free Software, MacArthur-certified Genius" (1999). This interview is one of the most candid Stallman interviews on the record. I recommend it highly. http://www.mgross.com/interviews/stallman1.html
[2]
Michael Gross, "Richard Stallman: High School Misfit, Symbol of Free Software, MacArthur-certified Genius" (1999). This interview is one of the most candid Stallman interviews on the record. I recommend it highly. http://www.mgross.com/interviews/stallman1.html
[3]
See Judy Steed, [Toronto Star], BUSINESS, (October 9, 2000): C03. His vision of free software and social cooperation stands in stark contrast to the isolated nature of his private life. A Glenn Gould-like eccentric, the Canadian pianist was similarly brilliant, articulate, and lonely. Stallman considers himself afflicted, to some degree, by autism: a condition that, he says, makes it difficult for him to interact with people.
[4]
See Steve Silberman, "The Geek Syndrome," [Wired] (December, 2001). http://www.wired.com/wired/archive/9.12/aspergers_pr.html
[5]
Regrettably, I did not get a chance to interview Daniel Stallman for this book. During the early research for this book, Stallman informed me that his father suffered from Alzheimer's. When I resumed research in late 2001, I learned, sadly, that Daniel Stallman had died earlier in the year.
[6]
Stallman, an atheist, would probably quibble with this description. Suffice it to say, it was something Stallman welcomed. See previous note 1: "As soon as I heard about computers, I wanted to see one and play with one."

Richar Stallman vs Mocosoft

Libre como en Libertad: Traducción al castellano. Comunidad Colibrí

Capítulo 2. 2001: La Odisea de un Hacker

El departamento de ciencias de la computación de la Universidad de New York está situado dentro del Hall Warren Weaver, un edificio que parece una fortaleza localizado a dos cuadras al oriente del Washington Square Park. Corrientes de aire acondicionado de fuerza industrial crean un foso de aire caliente, deslentando a holgazanes y a abogados por igual. Los visitantes que logran atravesar el foso encuentran otra formidable barrera, una máquina registradora de seguridad situada inmediatamente adentro del único corredor de entrada de la edificación.
Más allá del punto de registro de seguridad, la atmósfera se relaja en alguna medida. Pero todavía, subsisten numerosas señales desparramadas a lo largo del primer piso que previenen acerca de los peligros de las puertas no aseguradas y de las salidas de incendio propped-open. Tomados como un todo, las señales ofrecen un recordatorio: aún los relativamente tranquilos confines de antes del 11 de septiembre del 2001, uno nunca puede ser demasiado cuidadoso o demasiado sospechoso.
Las señales ofrecen un interesante punto de vista contrario al creciente número de visitantes que se agrupan el atrio interior del hall. Unos pocos parecen estudiantes de la Universidad de Nueva York. La mayoría parecen asistentes desgreñados a un concierto haciendo fila en las afueras de una sala de música en aniticipación al acto principal.. Por una breve mañana, las masas se han tomado al Hall Warren Weaver, dejando al guardián de seguridad vecino sin nada mejor que observar a Ricki Lake en television y encoger sus hombros hacia el auditorio contiguo cada vez que los visitantes preguntan por "la charla".
Una vez dentro del auditorio, un visitante encuentra la persona que ha forzado este colapso temporal de los procedimientos de seguridad de la edificación. La persona es Richard M. Stallman, fundador del Proyecto GNU, presidente original de la Fundación del Software Libre (FSF- Free Software Foundation), ganador del programa de Becas MacArthur en 1990, ganador de Premio de Mecánica Computacional de la Asociación Grace Murray Hopper (también en 1990), corecipiente del Premio Takeda 2001 de la Fundación Takeda, y antiguo hacker del Laboratorio de Inteligencia Artificial. Tal como fue anunciado en los sitios web relativos a hackers, incluyendo el sitio del propio Proyecto GNU www.gnu.org, Stallman está en Manhattan, su antiguo hogar, para presentar una muy esperada charla en respuesta a la reciente campaña de la Corporación Microsoft en contra de la Licencia Pública General de GNU.
El tema de la conferencia de Stallman es la historia y el futuro del movimiento de software libre. La ubicación es significativa. Menos de un mes antes, el vice presidente senior de Microsoft Craig Mundie apareció en la vecina Escuela de Negocios Stern de la uNiversidad de Nueva York, presentando una charla en la que soltó una andanada contra Licencia Pública General, o GPL, un dispositivo legal originalmente concebido por Stallman 16 años atrás. Construida para contrarrestar la ola creciente de secretividad en el software, ola que está en proceso de tomarse a la industria del software- una ola que fue notada inicialmente por Stallman durante sus problemas de 1980 troubles con la impresora láser Xerox laser -la GPL ha evolucionado hacia una herramienta central de la comunidad del software libre. En términos más simples, la GPL encierra los programas de software en una forma de propiedad comunal-lo que hoy los eruditos legales llaman los "comunes digitales" ("digital commons") -a través del peso legal del copyright. Una vez encerrados, los programas permanecen inamovibles. Versiones derivadas deben llevar la misma protección del copyright-aún versiones derivadas que contienen sólo una pequeña porción del código fuente original. Por esta razón, algunos dentro de la industria del software han dado en llamar a la GPL como una licencia "viral", pues esta se disemina a todos los programas de software que toca. [1]
En una economía de información crecientemente dependiente del software y agradecida de los estándares de software, la GPL se ha convertido en el proverbial "gran garrote". Aún las compañías que una vez se rieron de ella tachándola de socialismo de software se han juntando alrededor reconociendo los beneficios. Linux, el núcleo similar a Unix desarrollado por el estudiante universitario finés Linus Torvalds en 1991, está licenciado bajo la GPL, así como lo están muchas de las más populares herramientas de programación: GNU Emacs, el GNU Debugger, el Compilador GNU C, etc. Conjuntamente, estas herramientas forman los componentes de un sistema operativo de software libre desarrollado, mantenido y perteneciente a una comunidad de hackers localizada en diferentes partes del mundo. En lugar de ver esta comunidad como una amenaza, las compañías de alta tecnología como IBM, Hewlett Packard, y Sun Microsystems han llegado a depender de ella, vendiendo aplicaciones de software y servicios construidos sobre la siempre creciente infraestructura de software libre.
Ellos han llegado también a depender de esta infraestructura, haciendo uso de esta como arma estratégica en la guerra perenne de la comunidad hacker contra Microsoft, aquella compañía que tiene su base en Redmond, Washington- y que, para bien o para mal, ha dominado el mercado de software para PCCs desde finales de los 1980s. Como dueño del popular sistema operativo de Windows, Microsoft es quien puede tener las mayores pérdidas en este cambio en la industria del software hacia la licencia GPL. Casi toda línea del código fuente del coloso de Windows esta protegida por derechos reservados de autor reafirmando la naturaleza privada del código fuente subyacente o, al menos, reafirmando la habilidad legal de Microsoft de tratar al código fuente como una propiedad privada. Desde el punto de vista de MIcrosoft, incorporar programas protegidos por la licencia "viral" GPL dentro del colosos de Windows equivaldría a que Superman se tomara unas pastillas de Kriptonita. Compañías rivales podrían de pronto copiar, modificar, y vender versiones mejoradas de Windows, transformando instantáneamente la posición dominante de la compañía como proveedor No. 1 de software orientado al consumidor en una posición vulnerable. Por lo tanto, de ahí viene la creciente preocupación de la compañía por la tasa de adopción de la GPL. Y esta es la causa de la reciente charla de Mundie en que soltó la andanada contra la GPL y el abordaje de "fuente abierta" en lo referente al desarrollo de software y las ventas. De donde provino la decisión de Stallman de presentar una refutación pública a tal conferencia en el mismo campus y el día de hoy.
20 años es mucho tiempo para la industria del software. Considere esto: en 1980, cuando Richard Stallman estaba maldiciendo la impresora láser Xerox del Laboratorio de IA, Microsoft, la compañía que los hackers modernos ven como la fuerza más poderosa en la industria del software en todo el mundo, era todavía una principiante. IBM, la compañía que los hackers usualmente miraban como la fuerza más poderosa dentro de la industria del hardware en todo el mundo, todavía estaba por introducir el computador personal, y entonces inaugurando el actual mercadoo de PCs de bajo costo. Munchas de las tecnologías que ahora tomamos por dadas -el World Wide Web, la televisión satelital, las consolas de video-juegos de 32-bit-ni siquiera existían. Lo mismo va por lo que tiene que ver con las compañías que ahora llenan los escalones de arriba del establecimiento corporativo, compañías como AOL, Sun Microsystems, Amazon.com, Compaq, y Dell. La lista se prolonga aún más.
El hecho que el mercado de alta tecnología haya llegado tan lejos en tan poco tiempo es combustible para ambos lados del debate entorno de la licencia GPL. Los proponentes de la GPL apuntan a la corta vida de muchas de las plataformas de hardware de computador. Enfrentando el riesgo de comprar un producto obsoleto, los consumidores tienden a conglomerarse en torno a compañías con mayor sobrevivencia a largo término. Como resultado de esto, el mercado de software se ha convertido en un campo de batalla donde el ganador lo toma todo. [2] El actual, ambiente de software apropiado privadamente, los proponentes del GPL dicen, lleva al abuso del monopolio y al estancamiento. Fuertes compañías se chupan todo el oxígeno del mercado quitándoselo a los competidores rivales y a los principiantes innovadores.
Los oponentes al GPL argumentan exactamente lo opuesto. La venta de software es tan riesgosa, sino más riesgosa que, la compra de software, ellos dicen. Sin las garantías legales provistas por las licencias de software privadas, para no mencionar los prospectos económicos de una "aplicación matadora" apropiada privadamente (i.e., una tecnología de punta que dispara un mercado enteramente nuevo), [3] las compañías pierden el incentivo a participar. De nuevo, el mercado se estanca y la innovación declina. tal como Mundie puso en relieve en su charla deñ 3 de mayo en el mismo campus, la naturaleza "viral" de la licencia GPL "presenta una amenaza" contra cualquier compañía que dependa de la unicidad de su software como activo de competitividad. Mundie agregó:
Esta también socava fundamentalmente el sector de software comercial independiente debido a que efectivamente hace que sea imposible el distribuir software bajo una base donde los compradores pagan por el producto algo más que tan sólo el costo de la distribución. [4]
El éxito mutuo de GNU/Linux, el sistema operativo amalgamado contruido alrrededor del núcleo Linux protegido por la GPL, y de Windows a lo largo de los últimos 10 años revela la sabiduría de ambas perspectivas. Sin embargo, la batalla por el impulso es muy importante en la industria del software. Aún poderosos vendedores tales como Microsoft dependen del apoyo de terceros desarrolladores cuyas herramientas, programas, y juegos de computadores hacen a las plataformas de software subyacentes tales como Windows, más atractivas para el consumidor promedio. Citando la rápida evolución del mercado de tecnología a lo largo de los últimos 20 años,para no mencionar el admirable registro de su propia compañía durante este último período, Mundie aconsejó a sus escuchas de no dejarse influenciar demasiado por el impulso reciente del movimiento de sofwtare libre:
Dos décadas de experiencia han mostrado que un modelo económico que protege la propiedad intelectual y un modelo de negocios que recorta los costos de investigación y desarrollo pueden crear beneficios económicos impresionantes y también puede distribuir estos beneficios ampliamente. [5]
Tales advertencias sirven como telón de fondo para la charla de Stallman del día de hoy. Menos de un mes depués de su declaración, Stallman permace erguido con su espalda hacia uno de los tableros al frente del cuarto, inquieto por comenzar.
Si las últimas dos décadas han traido dramáticos cambios al mercado del software, ellos han traido aún más dramáticos cambios para Stallman mismo. Ya no está el hacker delgado, afeitado limpiamente que una vez empleó por entero sus días comunicándose con su amada PDP-10. En su lugar está un hombre pesado de mediana edad con largos cabellos y barba de rabino, un hombre que ahora emplea el grueso de sus días escribiendo y respondiendo emails, arengando a sus colegas programadores, y dando charlas como las de hoy. Vestido con una camiseta aqua-colored y pantalones carmelitos de polyester, Stallman parece un ermitaño del desierto recién salido del vestier del Ejército de Salvación.
El auditorio esta lleno de visitantes que comparten la moda y los grooming gustos de Stallman. Muchos llegan portando computadores portátiles y modems celulares, tanto mejor para registrar y transmitir las palabras de Stallman a una ansiosa audiencia de internet. El porcentaje de hombres con respecto a las mujeres es de unos 15 hombres por cada mujer, y una de cada 7 u 8 mujeres porta un muñeco de pinguino, la mascota oficial de Linux, mientras que otras llevan un osito de peluche.
Agitado, Stallman abandona su puesto al frente del salón y toma un asiento de la primera fila, digitando unos pocos comandos en un computador portátil previamente abierto. Por los siguientes 10 minutos Stallman está abstraido del creceinte número de estudiantes, profesores, y fanáticos que circulan en frente de él al pié de la tarima del auditorio.
Antes de que la charla pueda comenzar los rituales barrocos de la formalidad académica deben de ser observados. La aparición de Stallman merece no una sino dos presentaciones. Mike Uretsky, codirector del Centro de Tecnología Avanzada de la Escuela Stern, provee la primera.
"El papel de una universidad es el de fomentar el debate y de tener interesantes discusiones," dice Uretsky. "Esta presentación particular, este seminario casa perfectamente en ese molde. Encuentro la discusión acerca de las Fuentes Abiertas particularmente interesante."
Antes de que Uretsky pueda comenzar una nueva frase, Stallman está de pié manoteándole como un motorista varado.
"Yo hago software libre," Stallman dice ante las carcajadas crecientes. "Fuentes Abiertas es un movimiento diferente."
La risa da paso al aplauso. El cuarto esta repleto de partidarios de Stallman, personas que saben de su reputación por la exactitud verbal, para no mencionar su muy publicitada controversia con los proponentes de movimiento de Fuentes Abiertas. Muchos han venido para anticipar tales explosiones del mismo modo en que anteriormente los fanáticos de la radio aguardaban por la marca registrada de Jack Benny, la exclamación de "Cortala!" en cada uno de sus programas de radio.
Precipitadamente Uretsky finaliza su presentación y cede el escenario a Edmon Schonberg, un profesor del departamento de ciencias de la computación de la Universidad de Nueva York. Como programador de computadores y colaborador del proyecto GNU, Schonberg conoce las minas explosivas linguísticas que debe de evitar. Diestramente sintetiza la carrera de Stallman desde la perspectiva de un programador de hoy en día.
"Richard es el ejemplo perfecto de alguien que, actuando localmente, comenzó a pensar globalmente [acerca] de los problemas que conciernen a la no disponilbilidad del código fuente," dice Schonberg. "El ha desarrollado una filosofía coherente que nos ha forzado a todos nosotros a reexaminar nuestras ideas acerca de como el software es producido, de lo que la propiedad intelectual significa, y de lo que la comunidad de software representa de hecho."
Schonberg da la bienvenida a Stallman con más aplausos. Stallman se toma un momento para cerrar su computador portátil, se levanta, y se toma el escenario.
Inicialmente, las palabras de Stallman parecen más una rutina de comedia que un discurso político. "Quisiera agradecer a Microsoft por darme la oportunidad de aparecer en esta plataforma," Stallman hace el comentario agudo. "Durante las últimas semanas, me he sentido como un escritor cuyo libro hubiera sido fortuitamente prohibido en alguna parte."
Para los no-iniciados, Stallman se sumerge en una pronta analogía de calentamiento acerca del software libre. El asemeja un programa de software a una receta de cocina. Ambos proveen unas útiles instrucciones paso a paso de como completar una tarea deseada y pueden ser fácilmente modificadas si un usuario tiene deseos especiales o circustancias. "Usted no tiene que seguir la receta al pie de la letra," Stallman anota. "Usted puede prescindir de algunos ingredientes. Agregar algunos hongos, 'pues a usted le gustan los hongos. Poner menos sal pues su médico le recomendó que le bajara a la sal- o lo que sea."
De manera más importante, Stallman dice, los programas y las recetas son ambas fáciles de compartir. Al dar una receta a un invitado a cenar, el cocinero pierde solo un poquito de tiempo y el costo del papel en el que la receta se escribe. Los programas de sofwtare requieren aún menos, usualmente unos cuantos clicks del mouse y un poquito de electricidad. En ambas instancias, sin embargo, la persona que da la información gana dos cosas: una amistad incrementada y la habilidad para pedir prestado interesantes recetas como intercambio.
"Imaginense lo que sería si las recetas vinieran empacadas en cajas negras," Stallamn dice, cambiando la velocidad. "Usted no podría saber los ingredientes que usan, tampoco podría cambiarlos, e imaginense que pasaría si usted hace una copia para un amigo. Usted sería acusado de pirata y tratarían de ponerlo en prisión por años. Ese mundo atropellaría tremendamente a todo aquel que tuviera la costumbre de compartir cosas con los demas. Pero así es exactamente el mundo del software propietario. Un mundo en el que la decencia hacia otras personas esta prohibida o es evitada."
Presentada esta analogía introductoria, Stallman se lanza a contar el episodio de la impresora láser de Xerox. Igual que con la analogía de la receta, la historia de la impresora láser resulta ser un dispositivo retórico útil. Con su estructura que se asemeja al de una parábola, esta dramatiza acerca de que tan rápidamente las cosas pueden cambiar en el mundo del software. Llevando a sus oyentes a una época antes de la compra con un solo click de Amazon.com, de Microsoft Windows, y de las bases de datos de Oracle, él lleva al escucha a examinar la noción de propiedad del software liberado de los logos corporativos actuales.
Stallamn presenta la historia con todo el pulimiento y la práctica de un fiscal de distrito local que conduce un argumento de cierre. Cuando llega a la parte en que el profesor de Carnegie Mellon se rehusa a entregarle una copia del código fuente de la impresora , Stallman hace una pausa.
"El nos ha traicionado," Stallman dice. "Pero el no solo nos lo hizo a nosotros. ES bien probable que también lo traicionó a usted."
En la palabra "usted," Stallman señala con su dedo índice acusador a un insospechado miembro de la audiencia. Las cejas de este miembro de la audiencia titubean levemente, pero los propios ojos de Stallman se han movido. Lenta y deliberadamente, Stallman escoge a un segundo miembro de la audiencia que rie disimulada y nerviosamente. "Y creo, que muy probablemente, se lo hizo a usted, también," el dice, señalando a un miembro de la audiencia que esta tres filas detrás del primero.
Para cuando Stallman ha escogido a un tercer miembro de la audiencia, las risas entre dientes han desembocado en risa general. El gesto parece un tanto preparado, puesto que lo es. Aún, cuando llega el momento de guardar la historia de la impresora láser de Xerox, Stallman lo hace con un gesto ceremonioso de hombre de espectáculo. "El probablemente se lo hizo a la mayoría de las personas que estan aquí Para cuando Stallman ha elegido a un tercer miembro de la audiencia, las tímidas sonrisas han dado paso a una risa general. El gesto parece un tanto preparado, puesto que lo es. Aún, para cuando es la hora de cerrar la hostoria de la impresora láser Xerox, Stallman lo hace con un gesto ceremonioso de hombre del espectáculo. "Probablemente el traicionó a casi todos los que nos encontramos en este salón-- excepto unos pocos, que tal vez, no habían nacido todavía en 1980," Stallman dice, levantando más risas. "[Esto es] porque él prometió rehusarse a cooperar con justamente toda la población del planeta tierra."
Stallman deja que el comentario se asiente por un segundo "El había firmado un acuerdo de no revelar (nondisclosure agreement)," agrega Stallman.
El ascenso de Richard Matthew Stallman de académico frustrado a líder político durante los últimos 20 años habla de muchas cosas. Habla de la naturaleza terca de stallman y de su voluntad prodigiosa. Habla acerca de la visión articulada y los valores del movimiento del software libre que Stallman ayudó a construir. Habla de la alta calidad de los programas de software que Stallman construyó, programas que han cimentado la reputación de Stallman como programador legendario. Habla del momentum creciente de la GPL, una innovación legal, que muchos de los observadores de Stallman ven como su mayor logro.
De manera más importante, habla de la naturaleza cambiante del poder político en un mundo crecientemente obligado por gratitud ante la tecnología de los computadores y los programas de software que potencian esta tecnología.
Quizá por esto, aún en un tiempo en que gran parte de las estrellas de la alta tecnología están declinando, la estrella de Stallman crece. Puesto que el lanzamiento del Proyecto GNU en 1984,[6]
Stallman ha sido a ratos ignorado, satirizado, calumniado, y atacado --tanto desde adentro como desde afuera del movimiento de software libre. A través de todo este proceso, el proyecto GNU ha logrado marcar sus propios hitos, aún con unos pocos notables retrasos, y ha logrado mantener su relevancia en un mercado de software varios ordenes de magnitud más complejo que aquel al cual entraron 18 años antes. Así también ha pasado con la ideología del software libre, una ideología que ha sido meticulosamente cuidada y mantenida por el mismo Stallman.
Para entender las razones detrás de esta situación, ayuda el examinar a Richard Stallman tanto en sus propias palabras como en las palabras de la gente que ha colaborado y batallado al lado de él a lo largo del camino. El esbozo del carácter de Richard Stallman no es complicado. Si cualquier persona ejemplifica el antiguo adagio "lo que usted ve es lo que usted obtiene," ese es Stallman.
"Pienso que si ustde quiere entender a Richard Stallman el ser humano, ustde necesita ver todas las partes como un todo consistente," advierte Eben Moglen, consejero legal de la Fundación de Software Libre y profesor de leyes del Colegio de Leyes de la Universidad de Columbia. "Todas esas excentridades personales que mucha gente ve como obstaculos para llegar a conocer al verdadero Stallman son Stallman: el fuerte sentido de frustración personal de Richard, su enorme sentido de compromiso con los principios éticos, su poca capacidad para tranzar, especialmente en aquellos asuntos que considera fundamentales. Estas son las verdaderas razones por las cuales Richard hizo lo que hizo."
Explicar como una jornada que empezó con una impresora láser habría de desembocar eventualmente en una confrontación sparring con la más rica corporación del mundo no resulta ser una fácil tarea. Requiere un examen atento de las fuerzas que han hecho de la propiedad del software algo tan importante en la sociedad de hoy en día. También requiere de un examen cuidadoso de un hombre que, como muchos otros líderes políticos antes que él, comprenda la maleabilidad de la memoria humana. Requiere de una habilidad para interpretar los mitos y las palabras-códigos cargadas políticamente que se han construido alrededor de Stallman a través del tiempo. Finalmente, require de la comprensión del genio de Stallman como programador y sus fracasos y éxitos al transmitir tal genio a otras empresas.
Cuando llega el momento de ofrecer su propio resumen de la jornada, Stallman testifica acerca de la fusión de personalidad y principios observadas por Moglen. "La terquedad es mi sello personal ," el dice. "Mucha gente que intenta hacer cualquier cosa que entrañe cierta gran dificultad eventualmente se desalienta y se rinde. Yo nunca me rindo."
El también le da crédito al ciego azar. Si no hubiera sido por ese incidente con la impresora láser Xerox, si no hubiera sido por los conflictos personales y políticos que clausuraron su carrera como empleado del MIT, si no hubiera sido por la media docena de factores que se presentaron de manera sincronizada, Stallman encuentra que hubiera sido muy fácil que su vida hubiera cogido por otro camino diferente. Habiéndose dicho esto, Stallman agradece a las fuerzas y circustancias que lo pusieron en la posición de hacer la diferencia.
"Tenía justamente las destrezas requeridas," dice Stallman, recapitulando su decision de lanzar el Proyecto GNU ante la audiencia. "Nadie más había que yo, así que me sentí como, `He sido elegido. He de trabajar en esto. Si no soy yo, quién entonces?"
Notas
[1]
De hecho, los poderes de la GPL no son tan potentes. De acuerdo con la sección 10 de la Licencia Pública General GNU, Version 2 (1991), la naturaleza viral de la licencia depende fuertemente de la disposición de la Fundación de Software Libre de ver tal programa como un trabajo derivado, para no mencionar la licencia existente que la GPL reemplazaría. Si usted desea incorporar partes del programa dentro de otros programas libres cuyas condiciones de distribución son diferentes, escriba al autor pidiéndole permiso. Para software de la Fundación de Software Libre, escriba a ésta; algunas veces hacemos excepciones para esto. Nuestra decisión estará guiada por los dos objetivos de preservar el estatus de libertad de todos los derivados de nuestro software libre y el de promover el que se comparta y se reuse del software en general. "El comparar algo a un virus es muy severo," dice Stallman "Una planta de reproducción vegetativa es una comparación más exacta; esta continua reproduciéndose si ustde activamente corta un pié." Para más información acerca de la Licencia Pública General GNU, visite http://www.gnu.org/copyleft/gpl.html.
[2]
See Shubha Ghosh, "Revealing the Microsoft Windows Source Code," [Gigalaw.com] (January, 2000). http://www.gigalaw.com/articles/ghosh-2000-01-p1.html
[3]
Las aplicaciones matadoras no tienen que ser propietarias. Testigo de esto, por supuetso, el visor Mosaic, un programa cuyos derechos de copia permiten derivados comerciales con ciertas restricciones. Aún, creo que el lector entiende el punto: el mercado del software es como una lotería. Mientras mayor es la ganancia potencial más personas estan dispuestas a participar. Para un buen resumen del fenómeno de las aplicaciones matadoras, vea Philip Ben-David, "Whatever Happened to the `Killer App'?" (Qué sucedió con las aplicaciones matadoras?) [e-Commerce News] (December 7, 2000). http://www.ecommercetimes.com/perl/story/5893.html
[4]
Vea Craig Mundie, "The Commercial Software Model," (El Modelo de Software Comercial) senior vicepresidente, Microsoft Corp. Citado de un transcrito en línea del discurso de Mundie ante la Escuela Stern de Negocios de la Universidad de Nueva York, el 3 de mayo de 2001. http://www.microsoft.com/presspass/exec/craig/05-03sharedsource.asp
[5]
Vea Craig Mundie, "The Commercial Software Model," (El Modelo de Software Comercial) senior vicepresidente, Microsoft Corp. Citado de un transcrito en línea del discurso de Mundie de Mayo 3 de 2001 ante la Escuela Stern de Negocios de la Universidad de Nueva York. http://www.microsoft.com/presspass/exec/craig/05-03sharedsource.asp
[6]
El acrónimo GNU significa "GNU no es Unix." En otra porción de su discurso en la Universidad de Nueva York de mayo 29, 2001, Stallman recapituló el origen del acrónimo:
Nosotros los hackers siempre buscamos un nombre que sea bonito o picante para un programa, puesto que el nombrar un programa es la mitad del gozo de escribir un programa. Nosotros tenemos también la tradición de los acrónimos recursivos, para expresar el hecho que el programa que estamos escribiendo es similar a algún otro programa existente… Estuve buscando por un acrónimo recursivo para Algo No Es UNIX. Y ensayé todas las 26 letras y descubrí que con ninguna de ellas se formaba una palabra. Decidí hacer de ela una contracción. De esta manera tendría un acrónimo de 3 letras, para Algo No es UNIX. Ensayé diferentes letras y me crucé con la palabra "GNU". Esa era. Aun siendo un hincha de los juegos de palabras, Stallman recomienda que los usuarios de software pronuncien la "g" al comienzo del acrónimo (en inglés i.e., "gah-new"). Esto no sólo evita la confusión con la palabra "gnu", el nombre del mamífero Africano, Connochaetes gnou, también se evita la confusión con el adjetivo inglés "new". "Hemos estado trabajando en él por los últimos 17 años así que él no es exactamente nuevo," dice Stallman.
Fuente: notas del autor y transcrito en línea de "Free Software: Freedomand Cooperation," charla de Richard Stallman de mayo 29, 2001, en la Universidad de Nueva York. http://www.gnu.org/events/rms-nyu-2001-transcript.txt

La impresora y el principio del SOFTWARE LIBRE

Libre como en Libertad:
Traducción al castellano. Comunidad Colibrí
Capítulo 1. Todo por una impresora

origen...http://bachue.com/colibri/faifes/chapter-1.html

La nueva impresora estaba atascada, otra vez.
Richard M. Stallman, un miembro de la plana mayor de programadores de software en el Laboratorio de Inteligencia Artificial del Instituto de Tecnología de Massachusetts, descubrió la falla de la manera más dolorosa. Una hora después de enviar un archivo de 50 páginas a la impresora láser, Stallman, de 27 años, interrumpió una sesión productiva de trabajo para recoger sus documentos. Cuando llegó hasta donde estaba la impresora, encontró sólo cuatro páginas en la bandeja de salida de la impresora. Para hacer las cosas aún más frustrantes, las cuatro páginas pertenecían al trabajo de impresión de otra persona, lo cual significaba que el trabajo de impresión de Stallman y la porción sin terminar del trabajo de impresión de alguién más estaban todavía atrapados en alguna parte dentro de la tubería eléctrica de la red de computadores del laboratorio.
El tener que quedarse esperando por las máquinas es uno de los gajes del oficio de los programadores de software, por lo tanto Stallman tomó su frustración con cierta tranquilidad. Además la diferencia entre esperar por una máquina y esperar dentro de una máquina, es apreciable. No era la primera vez en que él era forzado a pararse frente a la impresora a observar las páginas imprimiéndose una tras otra. Siendo una persona que emplea el grueso de sus días y sus noches mejorando la eficiencia de las máquinas y de los programas de software que las controlan, Stallman sintió una urgencia natural de abrir la máquina, mirarle las entrañas, y buscar la raíz del problema.
Desafortunadamente, las destrezas de Stallman como programador de computadoras no se extendían al reino de la ingeniería mecánica. En la medida que documentos recién impresos salían de la máquina, Stallman tuvo una oportunidad de reflexionar en otras formas de solucionar el problema del atascamiento del papel.
Hace cuanto tiempo que los miembros de la plana mayor del Laboratorio de Inteligencia Artificial le habían dado la bienvenida con los brazos abiertos a esta nueva impresora? Stallman se preguntaba. La máquina había sido una donación de la Corporación Xerox. Siendo un prototipo de vanguardia, era una versión modificada de la popular fotocopiadora Xerox. Solo que en lugar de sacar fotocopias, ella dependía de datos enviados por una red de computadoras para convertir estos datos en documentos presentados profesionalmente. Creada por los ingenieros del mundialmente famoso Instituto de Investigación de Palo Alto, era, visto de manera un tanto simple, un adelanto de la revolución en la impresión para los computadores de escritorio que habría de tomarse al resto de la industria de los computadores para los finales de esa década.
Llevados por una urgencia instintiva de jugar con el mejor equipo posible, los programadores del Laboratorio de Inteligencia Artificial prontamente integraron la nueva máquina a la sofisticada infraestructura computacional del laboratorio. El resultado fue inmediatamente placentero. A diferenecia de la antigua impresora láser del laboratorio, la nueva máquina Xerox era rápida. Las páginas volaban a una tasa de una por segundo, convirtiendo a un trabajo de impresión de 20 minutos en uno de tan sólo 2 minutos. La nueva máquina era también precisa. Los círculos eran dibujados como círculos, no como óvalos. Las líneas rectas parecían líneas rectas, no ondas sinusoidales de baja amplitud.
Era, para todos los propósitos, un regalo demasiado bueno para ser rechazado.
Fue, sólo después de algunas semanas de su llegada que empezaron a hacerse evidentes las fallas de la impresora. La principal entre todas era la susceptibilidad inherente a los atascamientos de papel. Programadores con mente dotada para la ingeniería pronto entendieron la causa detrás los fallos. Igual que una fotocopiadora, la máquina generalmente requería de la directa supervisión de un operador humano. Asumiendo que estos operadores humanos estarían a la mano para arreglar los atascamientos de papel, en caso de que ocurrieran, los ingenieros de Xerox dedicaron su tiempo y sus energías a solucionar otros problemas molestos. En términos ingenieriles, la diligencia del usuario estaba incorporada en el sistema
Al modificar el uso de la impresora, los ingenieros de Xerox habían cambiado la relación usuario-máquina en una manera sutil pero profunda. En lugar de volver a la máquina un subsirviente del operador humano individual, ellos volvieron un subsirviente a toda una población de operadores humanos interconectados a la red. En lugar de tener que pararse frente a la impresora, un usuario humano en un extremo de la red envía su comando de impresión a través de una cadena de máquinas, esperando que el contenido deseado llegue al destino previsto y de la manera apropiada. No fue sino hasta cuando él fue a revisar el resultado final cuando se dió cuenta de lo poco del contenido deseado que había logrado llegar hasta el final.
Stallman mismo había sido de los primeros en identificar el problema y en proponer un remedio. Años atras, cuando el laboratorio todavía usaba su antigua impresora, Stallman había resuelto un problema similar por medio del examen y modificación del programa de software que regulaba la impresora en la máquina PDP-11 del laboratorio. Stallman no pudo eliminar los atascos de papel, pero pudo insertar una instrucción de software que ordenaba a la PDP-11 revisar periódicamente la impresora y reportar este estado de la impresora a la PDP-10, la computadora central del laboratorio. Para asegurar que la negligencia de ningún usuario fuera a poner en peligro la línea completa de trabajos de impresión, Stallman también insertó un comando de software que le instruía a la PDP-10 de notificar a cada usuario si algun trabajo de impresión pendiente que la impresora estaba atascada. El aviso era simple, algo así como "La impresora esta atascada, por favor destrabela," y debido a que iba dirigido a las personas con la necesidad más urgente de arreglar tal problema, las posibilidades eran altas de que el problema fuera solucionado prontamente.
Realizando arreglos, Stallman era evasivo pero elegante. No arreglaba el lado mecánico del problema, pero hacia la siguiente mejor cosa cerrando el bucle de información entre el usuario y la máquina. Gracias a unas pocas líneas adicionales de código de software, los empleados del Laboratorio de Inteligencia Artificial lograron eliminar entre 10 y 15 minutos de tiempo perdido cada semana ejecutando un ir y venir revisando el estado de la impresora. En términos de programación, el arreglo de Stallman tomó ventaja de la inteligencia ampliflicada de toda la red de computadores.
"Si ha usted le llegaba tal mensaje, usted no podía asumir que alguien más iría a arreglar el problema," dice Stallman rememorando la lógica. "usted tenía que ir tras la impresora. Un minuto o dos después de que tuviera problemas, las dos o tres personas que recibieron el mensaje llegaban a arreglar la máquina. De esas dos o tres personas, uno de ellos, al menos, usualmente sabría cómo arreglar el problema."
Tales arreglos ingeniosos eran la marca registrada del Laboratorio de Inteligencia Artificial y de su población nativa de programadores. De hecho, los mejores programadores del Laboratorio de IA desdeñaban el término programador, prefiriendo el título más coloquial de "hacker", en su lugar. Este título cubría una serie de actividades -de todo desde el creativo gozo de mejorar el software existente y los sistemas de computadores. Implícito dentro del título, sin embargo, estaba la anticuada noción de la ingenuidad yanqui. Para ser un hacker, uno tenía que aceptar la filosofía que la escritura de programas de software era sólo el comienzo. Mejorar un programa era la verdadera prueba de las destrezas de un hacker. [1]
Tal filosofía era una razón central por la cual las compañías como Xerox tenían la política de donarles sus máquinas y programas de software a sitios donde típicamente se congregaban hackers. Si los hackers mejoraban el software, las compañías podían pedir prestadas estas mejoras, incorporándolas en versiones actualizadas para el mercado comercial. En términos corporativos, los hackers eran un activo comunitario apalancable, una división auxiliar de investigación y desarrollo disponible a un costo mínimo.
Fue, debido a esta filosofía de toma-y-daca que, cuando Stallman se encontró con ese defecto del atascamiento de papel en la impresora láser, él no entró en pánico. El simplemente buscó la forma de volver a implementar el antiguo arreglo o de "hackear" el nuevo sistema. En el proceso de mirar el software de la impresora láser Xerox, sin embargo, Stallman realizó un descubrimiento problemático. La impresora no tenía ningún software, por lo menos nada que Stallman o sus colegas programadores pudieran leer. Hasta entonces, la mayoría de las compañías tenían como una forma de cortesía el hábito de publicar el código fuente en archivos legibles, los archivos texto que documentaba los comandos individuales de software que le decían lo que debía de hacer la máquina. Xerox, en esta instancia, había provisto archivos de software en forma precompilada, o binaria. Los programadores eran libres de abrir y examinar los archivos si así lo deseaban, pero a menos que fueran unos expertos en decifrar una cadena sinfín de unos y zeros, el texto resultante era pura jerigonza.
Aún cuando Stallman sabía bastante de computadores, él no era un experto en traducir archivos binarios. Siendo un hacker, sin embargo, el tenía otros recursos a su disposición. La noción de compartir información era tan central a la cultura de los hackers que Stallman sabía que era sólo cuestión de tiempo antes de que algún hacker en algún laboratorio universitario o en algún salón de computadores de alguna corporación brindaría una versión del código fuente de la impresora láser, obteniendo así los archivos deseados de código fuente.
Después de los primeros atascos de la impresora, Stallman se confortaba a sí mismo con el recuerdo de una situación similar algunos años antes. El laboratorio necesitabaun programa de red para ayudar a que el PDP-11 trabajara mas eficientemente junto con el PDP-10. Los hackers del laboratorio estaban más que listos para realizar la tarea, pero Stallman, un alumno de Harvard, se recordó de un programa similar escrito por programadores del departamento de ciencias de la computación en Harvard. El laboratorio de computadores de Harvard usaba el mismo modelo de computadores, el PDP-10, pero con un diferente sistema operativo. El computador del laboratorio de Harvard también tenía la política de requerir que todos los programas instalados en el PDP-10 tenían que venir con los archivos de código fuente publicados.
Tomando ventaja de su acceso al laboratorio de computadores de Harvard, Stallman entró al sistema, hizo una copia del código fuente del programa de comunicación de redes, y se lo llevó para el Laboratorio de Inteligencia Artificial. El entonces reescribió el código fuente para hacerlo más adecuado para el sistema operativo del Laboratorio de Inteligencia Artificial. Sin problema y con poca alharaca, el Laboratorio de IA se hizo cargo de una brecha mayor en su infrastructura de software. Stallman aún agregó unas cuantas características que no se encontraban en el programa original de Harvard, volviendo el programa aún más útil. "Nos las arreglamos usándolo durante varios años," Stallman dice.
Desde la perspectiva de un programador de la era de los 1970s, la transacción fue el equivalente en software de una persona que pide prestada una herramienta o una tasa de azúcar al vecino. La única diferencia era que al tomar prestada la copia de software para el laboratorio de IA, Stallman no había hecho nada para privar a los hackers de Harvard del uso de su programa original. Si acaso algo habían ganado los hackers de Harvard en el proceso, debido a que Stallman había introducido características adicionales al programa, características estas que los hackers de Harvard eran perfectamente libres de tomar prestadas a su vez. Aún cuando nadie en Harvard llegó a pedir prestado el programa modificado, Stallman recuerda a un programador de una firma privada de ingeniería, Bolt, Beranek & Newman, que pidió prestado el programa y le agregó a su vez nuevas características, las cuales Stallman eventualmente habría de reintegrar al archivo del códigos fuente propio del Laboratorio de IA.
"Un programa se desarrolla de la misma forma que una ciudad se desarrolla," dice Stallman, recordando la infraestructura de software del Laboratorio de IA. "Partes son reemplazadas o reconstruidas. Nuevas cosas serán agregadas. Pero usted siempre podrá mirar hacia cierta parte y decir, `Hmm, por el estilo, veo que esta parte fue escrita a comienzos de los 60s y esta otra parte fue escrita a mediado de los 1970s.'"
A través de este simple sistema de crecimiento intelectual, los hackers en el Laboratorio de IA y de otros sitios construyeron creaciones robustas. En la costa occidental, lo científicos de la computación en la UC de Berkeley, que trabajaban en cooperación con unos pocos ingenieros de bajo nivel en la AT&T, habían construido todo un sistema operativo usando este sistema. Apodado Unix, un juego de palabras hecho a partir de otro sistema operativo más antiguo y más respetable académicamente, llamado Multics, el sistema operativo estaba disponible para cualquier programador dispuesto a pagar el costo de copiar el programa en una nueva cinta magnética y el costo del envío. No todo programador que participaba de esta cultura se describía a si mismo como un hacker, pero muchos de ellos compartían los sentimientos de Richard M. Stallman. Si un programa o una mejora al software era lo suficientemente bueno como para resolver sus problemas, entonces era lo suficientemente bueno como para resolver los problemas de alguien más. Por qué no compartirlo, siguiendo un simple deseo de tener un buen karma?
El hecho que Xerox se hubiera negado a compartir sus archivos de código fuente, al comienzo pareció como una molestia menor. Al empeñarse en buscar una copia de los archivos de código fuente, Stallman dice que él no se preocupó por siquiera contactar a Xerox. "Ellos ya nos habían dado la impresora láser," Stallman dice. "Por qué habría yo de molestarlos con algo más?"
Después de que hubo pasado un tiempo y los deseados archivos no hubieran aparecido, a Stallman le comenzaron a entrar sospechas. El año anterior, Stallman había experimentado un estallido en cólera con un estudiante de doctorado en laUniversidad de Carnegie Mellon. El estudiante, Reid, era el autor de un programa útil de formateo de texto apodado Scribe. Uno de los primeros programas que le dió al usuario el poder de definir fuentes y estilos de tipo cuando se enviaba un documento a través de una red de computadores. El programa era un precursor temprano de HTML, la lingua franca de la World Wide Web. En 1979, Reid tomó la decisión de vender Scribe a una compañía del área de Pittsburgh llamada Unilogic. Finalizando su carrera como estudiante graduado, Reid dice que él simplemente estaba buscando una forma para entregar el programa a un conjunto de desarrolladores que se fueran a encargar de él y así evitar que el programa se deslizara al dominio público. Para endulzar el trato, Reed también acordó insertar un conjunto de funciones dependientes del tiempo - "bombas de tiempo" en la jerga de programadores- este era un dispositivo que desactivaba las versiones copiadas libremente después de un período de expiración de 90 días. Para evitar la desactivación, los usuarios habían de pagar a la compañía de software, la cual generaba un código que anulaba la bomba de tiempo.
Para Reid, el trato era de ganador-ganador. Scribe no caía en el dominio público y Unilogic se resarcía de su inversión. Para Stallman, era una traición a la ética del programador, pura y simple. En lugar de honrar la noción de compartir, Reid había insertado una forma en que las compañías obligaban a los programadores a pagar por el acceso a la información.
Las semanas pasaron y sus intentos para rastrear el código fuente de la impresora láser encontraron un muro de ladrillos, entonces Stallman comenzó a sentir que se llevaba a cabo un escenario similar de dinero-a-cambio-de-código. Antes de que Stallman pudiera hacer o decir nada al respecto,sin embargo, buenas noticias finalmente gotearon a través del viñedo del programador . Le llegó la voz que un científico del departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Carnegie Mellon acababa de renunciar a su empleo en el Centro de Investigación de Palo Alto de Xerox. No sólo había este científico trabajado en la impresora láser en cuestión, pero según el rumor, él todavía estaba trabajando en ella como parte de sus tareas de investigación en el Carnegie Mellon.
Poniendo a un lado su sospecha inicial, Stallman se hizo el firme propósito de buscar a la persona en cuestión durante su próxima visita al campus de Carnegie Mellon.
No tuvo que esperar mucho tiempo. El Carnegie Mellon también tenía un laboratorio especializado en investigación de la inteligencia artificial, y en pocos meses, Stallman tuvo una razón relacionada con su trabajo para visitar al campus de Carnegie Mellon. Durante aquella visita, se aseguró de hacer una parada en el departamento de ciencias de la computación. Los empleados del departamento lo encaminaron a la oficina del miembro de la facultad que lideraba el proyecto Xerox. Cuando Stallman llegó a la oficina, encontró al profesor trabajando ahí mismo.
En un estilo clásico de ingeniero a ingeniero , la conversación fue cordial pero directa. Después de presentarse brevemente como un visitante del MIT, Stallman le solicitó una copia del código fuente para la impresora láser para poder portarla al PDP-11. Para su sorpresa, el profesor se negó a cumplir con su solicitud.
"El me dijo que él había prometido el no entregarme ninguna copia," Stallman dice.
La memoria es una cosa graciosa. Veinte años después del suceso, la cinta mental de Stallman acerca de esta historia presenta notoriamente espacios en blanco. No sólo él no recuerda la razón que motivó su viaje ni siquiera la época del año durante la cual realizó tal viaje, el tampoco tiene ningún recuerdo acerca del profesor o estudiante de doctorado que le sirvió de interlocutor. Según Reid, la persona más probable que le negó el código a Stallman es Robert Sproull, un antiguo investigador del Centro de Investigaciones de Palo Alto de Xerox y actual director de Laboratorios Sun, una división de investigación del conglomerado de tecnología de los computadores de Sun Microsystems. Durante los años de 1970s, Sproull había sido el desarrollador primario del software de la impresora láser en cuestión mientras estaba en el Centro de Investigaciones de Palo Alto de Xerox. Alrededor de 1980, Sproull tomó una posición de investigación en la facultad en el Carnegie Mellon donde el continuó su trabajo en la impresora láser entre otros proyectos.
El código que Stallman estaba solicitando era un código de última tecnología que Sproull había escrito más o menos el año anterior al de su llegada a Carnegie Mellon," recuerda Reid. "sospecho que Sproull llevaba menos de un mes en Carnegie Mellon cuando la solicitud de Stallman llegó."
Cuando se le pregunta directamente acerca de esta solicitud, sin embargo, Sproull no afirma ni niega nada. "No puedo hacer un comentario basado en hechos reales," escribe Sproull a través del correo electrónico. "No tengo absolutamente ninguna memoria acerca del incidente."
Con ambos participantes de la corta conversación luchando por recordar detalles claves -incluyendo la de si la conversación siquiera tuvo lugar- es difícil calibrar la rudeza de la negativa de Sproull, al menos como la recuerda Stallman. Cuando se ha dirigido a audiencias, Stallman ha hecho repetidas referencias al incidente, notando que la indisposición de Sproull a entregar el código fuente provino de un acuerdo de no revelar (nondisclosure agreement), un acuerdo contractual entre Sproull y la Corporación Xerox dándole a Sproull, o cualquier otro signatario, acceso al código fuente del software a cambio de una promesa de mantenerlo en secreto. Actualmente este es un ítem estándar en el negocio de la industria de software, pero el acuerdo de no revelar, o NDA por sus siglas en inglés, era un desarrollo nuevo en esa época, un reflejo de tanto el valor comercial de la impresora láser de Xerox y de la información requerida para manejarla. "Xerox estaba en esa época tratando de hacer de la impresora láser un producto comercial," recuerda Reid. "Habría sido una locura el entregar el código fuente".
Para Stallman, el darse cuenta que Xerox había forzado a su colega programador de participar en este recién inventado sistema de secreto obligatorio le tomó algún tiempo para digerirlo. Al comienzo, todo en lo que pudo enfocarse fue en la naturaleza personal de la negativa. Siendo una persona que se sentía extraño y fuera de sincronía en la mayoría de encuentros cara a cara, el intento de Stallman de presentarse sin anunciarse ante un colega programador era un intento por demostrar buena vecindad. Ahora que la petición había sido denegada, se sentía como si le hubiera cometido una equivocación mayor. "Yo estaba tan furioso, que no encontraba la manera de expresarlo. Así que lo que hice fue retirarme del lugar sin decir ninguna otra palabra," Stallman recuerda. "Yo pude haber tirado la puerta. Quién sabe? Todo lo que recuerdo es que quería irme de ahí inmediatamente."
Veinte años después del hecho, la rabia todavía subsiste, tanto como para que Stallman haya elevado el evento equiparándolo a un punto de quiebre primordial. Dentro de los siguientes meses, una serie de eventos habrían de sobrevenir tanto para Stallman como para la comunidad de hackers del laboratorio de IA que habrían de hacer parecer a los 30 segundos llenos de tensión en una remota oficina de Carnegie Mellon como triviales en comparación. No obstante, cuando llega el momento de ordenar los eventos que habrían de transformar a Stallman, de ser un hacker solitario, instinctivamente sospechoso de la autoridad centralizada, en un activista cruzado que aplica las nociones de libertad, igualdad, y fraternidad al mundo del desarrollo del software, Stallman singulariza de manera especial el encuentro de Carnegie Mellon.
"Me alentó el pensar acerca de algo en lo cual yo había estado pensando," dice Stallman. "Yo ya tenía la idea que el software debía de ser compatido, pero no estaba seguro acerca de como pensar en eso. Mis pensamientos no estaban tan claros ni organizados hasta el punto en que pudiera expresarlos en una manera concisa al resto del mundo."
Aún cuando otros eventos previos habían depertado la ira de Stallman, él dice que no fue sino hasta cuando sucedió el encuentro de Carnegie Mellon que él tomó conciencia que los eventos estaban comenzando a entrometerse en una cultura que él consideraba desde hace mucho tiempo como sacrosanta. Siendo un programador de élite en una de las instituciones élite del mundo, Stallman había perfectamente ignorado los compromisos y transacciones que habían hecho sus colegas programadores, esto en la medida que estas no habían interferido con su propio trabajo. Hasta la llegada de la impresora láser de Xerox, Stallman había estado satisfecho mirando hacia abajo a las máquinas y programas que otros usuarios sombríamente toleraban. En la rara ocasión en que tal programa creó una brecha en las paredes del laboratorio de IA-cuando el laboratorio reemplazó su venerable sistema operativo Incompatible de Tiempo Compartido (Incompatible Time Sharing - ITS) con una variante comercial, la TOPS 20, por ejemplo- Stallman y sus colegas hackers habían gozado de la libertad de reescribir, reconstruir y renombrar el software según el gusto personal.
Ahora que la impresora láser se había insinuado en la red del Laboratorio de IA, sin embargo, algo había cambiado. La máquina funcionaba bien, salvo ocasionales atascos de papel, pero la habilidad para modificar según el gusto personal había desaparecido. Desde el viejo punto de vista de toda la industria de software, el caso de la impresora era como un llamado para despertarse. El software se había convertido en una posesión tan valiosa que las compañías dejaron de sentir la necesidad de publicar el código fuente, especialmente cuando la publicación significaba entregar a potenciales competidores la oportunidad de duplicar algo de manera económica. Desde el punto de vista de Stallman, la impresora era una caballo de Troya. Después de una década de fracaso, el software apropiado privadamente -los futuros hackers usarían el término software " propietario" -había ganado una posición firme dentro del Laboratorio de IA a través uno de los métodos más solapados. Había llegado disfrazado de regalo.
El hecho que Xerox hubiera ofrecido a algunos programadores acceso a regalos adicionales a cambio del secreto, también era irritante, pero a Stallman le costó trabajo notar que, si le hubiera sido presentada tal transacción quid pro quo a una edad más joven, el probablemente hubiera aceptado la oferta de la Corporación Xerox. La torpeza del encuentro de Carnegie Mellon, sin embargo, tuvo un efecto afirmador sobre la propia lasitud moral de Stallman. No sólo éste le dió la necesaria rabia para ver todas las futuras súplicas con sospecha, también lo forzó a plantearse la incómoda pregunta: qué pasaría si un colega hacker pasa un día por la oficina de Stallman y es el deber de Stallman el de rehusarse a responderle a la solicitud del hacker de entregar un código fuente?
"Fue mi primer encuentro con un acuerdo de no revelar (NDA) , e inmediatamente me enseño que los acuerdos de no revelar tenían víctimas," dice Stallman, firmemente. "En este caso yo fui una víctima. Mi laboratorio y yo fuimos víctimas."
Fue una lección que Stallman habría de cargar con él a través de los tumultuosos años de 1980s, una década durante la cual muchos de sus colegas de MIT habrían de partir del Laboratorio de AI y habrían de firmar muchos acuerdos de no revelar (NDA) por su propia cuenta. Debido a que muchos de los acuerdos de no revelar (NDAs) tienen fechas de expiración, pocos hackers de los que los firmaron ven poca necesidad de introspección personal. Tarde o temprano, ellos razonaron, el software habría de volverse de público conocimiento. Mientras tanto, el prometer de mantener el software en secreto durante sus primeras etapas de desarrollo era parte de un acuerdo de compromiso que permitía a los hackers el trabajar en los mejores proyectos. Para Stallman, sin embargo, era su primer paso hacia una pendiente resbaladiza.
"Cuando alguién me invita a que traicione a todos mis colegas de esa manera, me recuerdo de lo furioso que me puse cuando alguién más me había hecho eso a mi y a mi propio laboratorio," Stallman dice. "Entonces yo dije, `Muchas gracias por ofrecerme este lindo paquete de software pero no puedo aceptarlo en las condiciones que usted me lo ofrece, por lo tanto voy a renunciar a él.'"
Como Stallman habría de aprender rápidamente, el rehusar tales peticiones involucraban algo más que un sacrificio personal. Involucraba el segregarse a si mismo de sus colegas hackers los cuales, aunque compartían un desagrado similar por el secreto, tendían a expresar este disgusto de una manera moralmente más flexible. No fue mucho antes que Stallman, cuando se convertía cada vez más en un paria aún dentro del laboratorio de Inteligencia Artificial, que comenzó a autocalificarse como "el último hacker verdadero", aislándose más y más del mercado dominado por el software propietario. Rehusándole a alguién más el código fuente, Stallman decidió, era no sólo una traición a la misión científica que había nutrido el desarrollo del software desde el final de la Segunda Guerra Mundial, era también una violación de la Regla Dorada, la moraleja que dictaba el no hacer a los demás lo que no querías que los otros te hicieran.
Por lo tanto, la importancia de la impresora láser y el encuentro que surgió de ahí. Sin el, Stallman dice, su vida habría podido seguir un camino más ordinario, uno que balanceara las riquezas de un programador comercial con la frustración final de pasarse la vida escribiendo código de software invisible. No habría habido un sentido de claridad, ninguna urgencia de hacerse cargo de un problema que otros no estuvieran ya haciéndolo. De manera más importante aún, no habría una ira originada en razones virtuosas, una emoción que, como pronto veremos, ha empujado la carrera de Stallman de forma tan segura como cualquier ideología política o creencia ética.
"Desde día en adelante, decidí que esto era algo en lo cual yo nunca participaría," dice Stallman, haciendo alusión a la práctica de intercambiar la libertad personal a cambio de la conveniencia personal -la descripción de Stallman del acuerdo de no revelar -NDA -así como toda la cultura que alentaba ese trato de rasgos tan sospechosos desde un punto de vista ético, en primer lugar. "Decidí nunca convertir a otras personas en víctimas así como yo había sido una víctima."